martes, 14 de enero de 2014

Acogedor café...

Abre la feria y la escalera asigna
la contraseña al vano mundo, corre,
llegarás tarde y tu cartera quiere
boletos para la tómbola.

En el catálogo rebulle el precio,
entona el mercader la melodía
en el salón de tu retina,
pensada para encender tu alegría,
únete al baile del dispendio,
que esta tonada es sólo para ti.

Se agitan; la tienda, los carros,
la multitud que pasa,
mientras, sobre la mesa flota
una aparente calma, y gritan, corro,
a lo profundo de tu poso, bruno
y acogedor café. 




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