martes, 12 de febrero de 2013


Vamonos pa Cádiz cariño mío, que la calle nos espera un año más, coloretes, revestíos, hace frío, y el disfraz. Voy de estreno ¡qué detalle! con mi implante coclear. Sobran motivos, que nadie calle, ¡partimos al Carnaval!
Carnaval en Gades, la fiesta va a comenzar. Del sábado primero poco habré de contar. Unos chavales con ritmo nos hicieron disfrutar. Joé qué frío, ¡cierra la puerta! esa que llaman del Mar. Por plazas y portones un botellón con apellido legal. En casa veremos el pregón, que es donde mejor se está.
Disfrazados paseamos, dicen que yo de monseñor. Mi amada, en el papel de mi sobrina, mira ella qué fina, toda belleza, donaire y primor. Gustavo Adolfo Bécquer en la centuria XIX decía que mientras exista una mujer hermosa habrá poesía. Yo no lo niego, ni así lo querría. Y el que lo haga o es un malaje o un mari…   
Con mi hábito y los límites de mi sordera, a veces oigo poco más que la caja y el bombo. No hay problema, don Carnal a mi manera. Con ganas de disfrutar y mi cámara al hombro, río, gozo haciéndole una foto a cualquiera. Y no hay problema, repito, me pongo en la fila primera, y verás como el menda de todo se entera.
Cerquita de la Catedral, por mirar a una hermosa doncella, ¡mira por dónde vas! piso y rompo una vil botella.
Una chirigota de donosas damiselas, apostadas en el portal de un negocio cualquiera, derrochan elegancia, gracia y finura. Ataviadas están como para ir de opereta. Interpretan a Puccini, Rossini, Verdi y La Traviata. Son niños los ojos, quién lo niega, y la mente qué, la mente calenturienta, y entre palmas y risas se me aviva la bragueta.
Y de la opereta, por Palillero a Barrié, allí tropezamos con las azafatas de Rayamé, que nos hicieron reír, cantar, bailar, y entre cuplé y cuplé, fíjate cómo será, hasta le compramos el DVD.
El domingo sigue adelante, el reloj no se detiene, sírvanle un moscatel. Nosotros si nos detendremos, en el local de nuestro amigo el francés. Qué marea, qué aturrullo de gente, ahora, eso sí, con muy buen ambiente. El vaso está que arde, y en mi guante, ¡Marie, si vu plé! se me derrama el café.
Lunes festivo en Cádiz y en Puerto Real. Regresemos a los dominios de don Carnal. Vamos dejando atrás San Juan de Dios. En San Francisco sopla el bóreo por estribor. No me haces caso ¡cierra la puerta por favor! Tengo las manos helaítas mi amor. Pues ni te cuento lo que tengo yo. Por allá sopla algo bueno, cuánto público, qué rumor. Aligera, recortemos por Rosario Cepeda. ¡Qué regusto, la banda del Guatifó! Que nadie se mueva, aquí el menda se queda. Una foto colmaíta de recuerdos, sonrisa, emoción. Tantos años de fidelidad hacia esta agrupación. Un paréntesis de silencio por mi escasa audición. Hoy regreso emocionado, para cantar con ellos un estribillo pegadizo y vacilón. ¡Gloria a Hércules por Cortadura, y en la calle Don Carnal, sí señor!
Por San Lorenzo una parada, aunque no para rezar. Una monja que tiene de guasa una jartá y un romancero que dice ser mayordomo de su infalible santidad.
Y entre cuplés y pitos la Plaza del Oratorio. Por allá encontramos a Carmen y a mi primo Antonio. Periodista se torna y nos narra el noticiario. Lo que cuenta no lo creo, por tutatis y Juan Tenorio. ¡Corta ya, no me líes, cambia de repertorio! El Papa ha dimitido, si no lo crees pues mira el telediario.
Carnaval en Cádiz, mascarada en Roma. Quinientos años hace que un Papa no abandona. Una pléyade de cardenales, una legión de pederastas. Los ángeles claman, el Vaticano se desmorona, y Don Carnal en sus aposentos se ríe porque no es broma.



No hay comentarios: