Acabado el
Carnaval toca regresar a la realidad. Una realidad que nos habla de recortes en
Cultura y Sanidad. Las pongo en mayúsculas, ¡sí! pues ya está bien de recortar.
Acabado el Carnaval toca regresar a la realidad. Una realidad que nos habla de alimañas
por doquier, cada día para desayunar. Una realidad que nos lanza a la cara con
desfachatez e insultante bellaquería una tropelía tras otra, cometidas por
quienes nos piden sacrificios, ellos, que llevan maletas y manos repletas de ofensiva
porquería. Que vengan, a ver, que vengan, que pasen una semana nada más entre
tanto sacrificio, que sepan lo que es mendigar por una mísera mensualidad, que
conozcan lo que es llorar, o perder la vida, por una casa que ya no está. Que
bajen, pues sí, que bajen, de sus inescrupulosas poltronas, que aquí les
estamos esperando con escobas y fregonas, para limpiarles las caras y las
almas, si acaso aún disponen de ellas. Que se metan sus cuentos de hadas y
monarcas en descosidas faltriqueras para que por el camino se los lleve la
ventolera. Y cuando caigan al suelo cuentos y leyendas, pisoteadas sean por
quienes reclaman justicia, llámense elefantes, osos u otras especies
cualesquiera. Y si quizás todavía me dicen que se acabó el Carnaval, que vengan
a España, que vengan, que aquí reina y gobierna la más horrenda ruindad.
Crítica i confrontació
Hace 3 años
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