lunes, 25 de junio de 2012

Santa Lucía


Y Miguel me llevó con su voz por el río de las dulces melodías. Y con el timón acompasado de su canción hizo de esta mañana un gran día. Santa Lucía es la canción y del océano navegable de Internet surgió, para circunnavegar por los laberintos de mi nuevo oído cuyo nombre viene a ser implante coclear. Y así fue abordando distorsiones y ecos hasta llegar, cual bella sirena que de los confines de Neptuno emergió, para despertar a una fiera dormida tiempo atrás, una cóclea apagada y sin ganas de caminar. Y así llegó y abordó y alegró esta cóclea de carácter artificial que mi vida de ilusión quiere colmar. Y digo yo que siendo así la he de dejar pasar. Que pase y goce y posea y cual mascarón de proa indique el camino que firme y seguro habré de tomar.
Lucía, patrona de los invidentes, la que portas la luz, quieras iluminar el camino de este humilde tripulante, haga levante o poniente, por babor o estribor, siempre adelante, siempre.


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