jueves, 21 de junio de 2012

Mi activación


Y Sevilla me recibió con un tenue visillo blanco que vino a mitigar la calor. Seductora y acogedora como siempre, señora, urbe, galana. Y cogiditos de la mano al hospital fuimos llegando para recibir, alentados, la activación. Atrás quedaron nuestros amigos Loli y Fernando, que nos recibieron, una vez más, con inmenso cariño y hospitalidad. Más tarde nos volveríamos a ver, para pasear y yantar, activado, por las calles de Sevilla, instruyéndonos con la generosa sabiduría y buen hacer de nuestro cicerone particular; Fernando. ¡GRACIAS AMIGOS!
Y la activación llegó, con la simpatía y afecto de Vicente, ingeniero clínico de MED EL con el que aprendimos, disfrutamos, reímos y que llenó la sala donde nos encontrábamos de ilusión y color. ¡GRACIAS AMIGO!
Y la activación llegó, pero antes apareció Mellie, la mascota de MED EL, una graciosa elefantita que vino a ceñir mi corazón de emoción, acompañada de tiernos besos en forma de palabras repletas con los mejores deseos. ¡GRACIAS MARÍA JOSÉ!
Y la activación llegó, en forma de sonidos graduados que buscaban arañar los límites de mi irritación. Y los sonidos llegaron como en un ¡toc-toc! a mi oído zurdo y él les abrió la puerta, cual bello durmiente, deseando recibir visitas después de tantos meses y años de desolación. Y yo no me asusté ni me puse pálido, porque llegaba aleccionado por los sabios consejos de mi amigo y maestro. ¡GRACIAS CHEMA!
Y la activación llegó, y con ella, cual si estuviera en una caverna recóndita, profunda, el aliento del viento, que se empeñaba en reptar y penetrar las enredaderas tupidas de mi cóclea dormida. Y llegó el motor de mi coche y el cuchicheo del agua nutriendo las fuentes de Hispalis. Y llegaron y fueron llegando sonidos, murmullos y ecos reverberados a mi oído yerto, entre ellos la palabra, que busco y aún no encuentro, pero todo llegará, como llega el Guadalquivir a la mar. Y yo me desembocaré, con la palabra y mi implante, y a susurros te llamaré. TE QUIERO AMOR MÍO, compañera, amiga y esposa. TE QUIERO. Y tú, a su vez, a susurros me llamarás y con mi oído renacido yo te escucharé.
Y yo quisiera navegar por las almenas de las murallas de Isbiliya, de salto en salto, de corriente en corriente, atravesando plazas, jardines y fuentes, y así llegar al Hospital donde comenzó la senda que el martes diecinueve de junio eché a andar. Y para caminar por esta senda de paciencia, contemplación y esfuerzo llevaré los colores de mi tierra. De blanco y verde me vestiré. Blanca, nítida, será tu voz, será la palabra. Verde la esperanza que me hizo llegar hasta aquí para ya nunca más atrás volver.

Dedicado con todo el inmenso amor y gratitud que quepa concebir para mi compañera, amiga y esposa, Pilar, y para mi queridísimo hijo Alejandro.


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