lunes, 16 de abril de 2012

Tocinillos, retratos y pan

El río Guadaíra a su paso por la localidad de Alcalá, que tiene a bien apellidarse como tal, nos brinda escenas de generosa beldad. Es río sabio éste, y cuál no lo es, sus aguas alimentaron a los añejos molinos que dieron cobijo y sustento a la fabricación del pan. Es célebre la plaza por esta industria del sabroso yantar. Son tantas las maneras de elaborarlo que enumerarlas todas os podría cansar. Pero si así lo queréis algunas os habré de mencionar; teleras, bobas, bobillos y bollos, albardas y molletes, mejor lo dejamos aquí, antes que más de un estómago empiece a gritar. Un tren panadero tuvo a bien circular. A Sevilla nutría con el pan de Alcalá. Hoy sus vías son senderos de gozoso pasear. Si te gusta la belleza retratar, da vía libre a tu objetivo pues por estos caminos no cesarás de disparar. Y si eres aficionado al tocinillo, de cielo su apellido, los ángeles deben de estar en Alcalá, a la Confitería La Centenaria no debes faltar. Hoy la industria panadera no sustenta a la ciudad, pero sigue teniendo al pan como seña de identidad. Sea como fuere, con tocinillo, retratos o pan, si tu estómago y tu ansia de aprender lo requiere, no dejes de visitar, yo te lo sugiero, la localidad de Alcalá. 


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