miércoles, 28 de marzo de 2012

Cautivo me llevas...

Cautivo me llevas, viento racheado que del Estrecho llegas. Por mi canal auditivo bufando penetras y sus laberintos alteras. Mis tímpanos zarandeas, exasperando, extenuando, mis nervios vestibulares. Eustaquio y sus trompas están tocando a arrebato. Y el caracol, por su casa, zigzagueando transita, terriblemente asustado. Yunque, martillo y cóclea, de todos te adueñas. Son, desde ya, tus esclavos, hasta que tú lo quieras. Hasta que tú lo quieras aislado quedaré del mundo que me rodea. Sin más sonidos que el vendaval que sacude mi cabeza. Cierro puertas y ventanas, para que afuera quedes, pero entras, no sé cómo, por rendijas y anaqueles. Con el yunque y el martillo compondré un martinete, para decirte bien alto, ¡déjame ya! ¡vete! ¡Vete ya! viento enemigo de mi estabilidad y mi ánimo. ¡Vete ya! por favor te lo pido. En esta lucha desigual, soy yo el más débil, pero no me dejaré vencer, es necesario que lo sepas.


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