Araña tejedora, enlazando con tus hilos
ramas, tranqueras, persianas y contraventanas.
Telarañas de hilos de plata, fulgurando al sol.
Telarañas voraces. Arañas urdidoras,
peludas, de descarnadas y afiladas patas,
arañas consumidoras, celosas, fructuosas,
pocas como ellas para el bien del nuevo orden mundial.
Tejen sus redes, silentes, por aquí y por allá,
contra todo aquel que intente preguntar, replicar,
contra todo aquel que intente descansar, meditar,
contemplar el campo verde, el glauco, franco y ancho mar,
y la tierra toda para un nuevo mundo soñar.
Otro mundo, sin telas de arañas opresoras,
mercenarias del perverso e insaciable Capital.
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