viernes, 15 de julio de 2011

Te lo juro Maribel

Volverán las sombrillas a la playa.

Volverán los Popeyes a las calles,

con sus camisetitas ajustadas

y apretaditas las nalgas.

Algas sobre la silla, hasta en la mesa

y en la tortilla; un kilo de patatas

y otro medio de arena.

Tortilla de patatas y pimientos,

asaos claro, asustao me tienes niño,

¡malas puñalás te den!

que no vengo, te lo juro Maribel,

que no vengo, échame un vaso de sangría,

¡chiquillaaaa, ay, que se me ajoga  la niña!

¡mira que eres tranquila, ay mare mía!

Y ahora el que faltaba, ¡el levante otra vez!

¡malas puñalás le den!

Tanta hartura de caló y kilómetros,

los niños, llora que llora,

mi suegra, habla que habla,

¡lo que he aguantao pa llegar hasta aquí!

eso nadie lo sabe, na más que yo.

Aquí ya no vengo más,

ya lo diga tu vecina o tu tía

o tu mamá. Yo me quedo en mi casa,

te lo juro Maribel.

Que lo sepas pa otra vez.

Yo me pongo mi airesito, mis pipas,

mi tinto de verano y al sofá, agustito.

Dedicado a todas esas familias que recorren cientos de kilómetros, un fin de semana sí y el otro también, escapando del tórrido calor de Sevilla, Córdoba u otras provincias del interior andaluz, ansiando encontrar el frescor de la playa, y que al llegar, no pocas veces, se encuentran con que el levante arreció y el codiciado día de playa se chafó.

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