hoy yo te quiero narrar
lo que un pajarillo
a mí me vino a contar.
Tres granitos de arena
jugaban en la playa,
con la bajamar.
Soñaban, de mañana,
otra tierra visitar.
Una ola, brava y fresca,
las vino a despertar.
Al despertar ¡qué gresca!
atinaron a explicar
por qué aquella noche,
sus cristalinas mentes,
igual hubieron de soñar.
Empezaron a platicar,
debatir y discutir,
y entre tanto discurrir
al fin lograron alcanzar
acuerdo con final feliz.
Hora era ya de cambiar,
otras orillas y arenas
anhelaban saludar.
Despacio, a la arena seca,
se fueron a trasladar,
esperando que el levante
comenzara a resoplar.
Y aventó y resopló,
y el levante se las llevó.
Unieron sus manitas,
cerraron sus ojitos,
y el levante sopló y sopló,
y los granitos de arena,
mira niña ¡qué primor!,
a Doñana y sus arenas
el levante se las llevó.
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