martes, 28 de junio de 2011

CIPRÉS MÍO

“Ciprés mío” 

He soñado que te hurtaban la vida,

noche oscura, ciprés mío.

Sierra afilada tu tronco cortaba,

y por mi espalda, helada,

corría un escalofrío. 


Zarandeaba, el viento, la escalera

en la que sus zapatos descansaban, 

más no podía atajar a la mano

que tu vida se llevaba. 


Cimbraban tus ramas, y tus semillas,

redondas, caían al suelo,

golpe tras golpe, yertos,

granizada de dolor y tristeza.


En la ventana un rostro de vileza,

una mujer se reía a pecho abierto.

Un grito seco sacudió la noche,

¿dónde estás, ciprés mío?

Un perro ladró y no lo pude escuchar.

Tu tronco se abatía.

Por mi almohada una gota corría,

hielo, de sudor frío.


Por suerte la noche se terminaba,

el viento no soplaba

y por el levante se amanecía.

Corrí hacia el jardín, raudo, allí estabas,

erguido, ciprés mío,

descanso, gozo, para el alma mía.

P.D.: No recuerdo si ya añadí estas líneas en el blog, pero los últimos acontecimientos me han llevado a temer, una vez más, por su vida; la de mi ciprés.

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