“Calma su pena, mujer”
Dos niños y una mujer
van al río, para beber.
Dos pares de zapatos
y un hombre que los mira.
Miran llegar el agua,
diáfana, como cristal,
sabrosa, como la sal.
Un camino empedrado,
respira, sueña, mujer,
a la orilla os llevará.
Bebe tranquila mujer,
calma, sosiega tu sed.
De las montañas del Rif
descienden, bravo caudal.
Riega a su paso el pinar,
las mentes y el matorral.
Allá, un niño que llora.
¡Calma su pena, mujer!
Su padre, que ya no está.
Sicarios de Mohamed
se lo llevaron, pedía
para su pueblo ¡libertad!
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