Bicicleando

Bicicleando, el día hemos ido pasando. Por la mañana, bicicleando, con mi amigo Iñaki. Por la tarde, bicicleando, con mi hijo Alejandro. El viento nos va acariciando, y los sentidos se van estimulando.

El Parque, de flores se va inundando. Hacía la bahía nos vamos acercando, una línea albiceleste al final del camino, para saborear la playa en la bajamar. Son mansas las olas, que están la orilla besando, y en el horizonte Cádiz y su Catedral.

Por el calor espoleados, a cientos los cangrejos, presurosos, de sus agujeros, están escapando. Algunos, los más descarados, nos están observando. Otros, los más preocupados, por conservar la especie, andan copulando.

Casi dos horas y media bicicleando, el hambre está apretando, dos manzanas y el tren, que se va acercando.

Por la tarde más flores, una huerta, perfume de caracoles, y un caballo pastando.

Bicicleando, por el Parque Natural. Bicicleando, por los carriles bici de la ciudad. El día, bicicleando, hemos ido pasando.