viernes, 10 de septiembre de 2010

BÉLGICA VERANO 2010


MIÉRCOLES 11 DE AGOSTO DE 2010
Este día nos llevó a conocer una bellísima localidad perteneciente a la región de Renania del Norte-Westfalia (Alemania). Ella dice ser la Puerta del Parque Nacional Eifel, y lleva por nombre Monschau.
Hermoso pueblo enclavado en un valle de naturaleza exuberante y arquitectura no menos fascinante, iglesias rematadas por cúpulas en forma de bulbos, cubiertas de pizarra y casas de entramado. Monschau es un lugar delicioso de imperdible visita si te encuentras por esta zona de Europa.
Monschau y sus bosques, sus caminos umbrosos donde esperas la llegada del elfo que vendrá a regalarte una flor o un bocadillo de pétalos de rosas para saciar el hambre, mientras contemplas, desde uno de sus originales bancos de madera, colocados muy estratégicamente a lo largo del camino, la agraciada panorámica que ofrece, abajo en el valle, el pueblo.
Monschau, visitado bajo una fina capa de lluvia que todo lo cubre de húmedo misterio.
Monschau, de terrazas, placitas y comercios encantadores. Entre ellos sin duda me quedaré con sus bakeries, sus tentadoras panaderías, pastelerías, llenas todas ellas de deliciosos productos, que endulzan el paladar de tan sólo verlos allí colocaditos en escaparates primorosamente decorados. No pudimos resistir la tentación y entramos en una que se encuentra junto a uno de los muchos bellos puentes que adornan esta localidad: http://www.kiesbye.de/ En ella compramos panecillos de semillas con los cuales te preparas unos bocadillos que saben a gloria, así como una especie galletas, típicas del lugar, con trocitos de frutas escarchadas, ajonjolí y otras especias, que están riquísimas para desayunar o para tomar en la merienda.
De este lugar tampoco olvidaremos la melodía que nos regalaron las campanas de sus iglesias, tocando al unísono para anunciar el Ángelus. Ni el balsámico olor a hierba mojada que nos acompañó durante todo el paseo por el camino que bordea el valle.
La climatología fue un tanto adversa en determinados momentos, la fina lluvia se transformó a veces en chaparrón, pero, por lo general, agradecimos el cielo cubierto de nubes y la fresca temperatura que lo acompañaba, aún más al recordar el calor que veníamos soportando por casa poco antes de partir.

Besos y abrazos.

Rafael Arauz

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