domingo, 15 de marzo de 2009

PASEO POR OSUNA Y SEVILLA. MARZO 2009


Sábado 7 de marzo de 2009

Osuna y Sevilla

Ya lo sé, no me miréis con esa cara. No es Italia, no es Roma, pero es una excursión, que aunque esté relativamente cerca de casa y sólo sea de un día, no deja de ser otra expresión del hecho de viajar, y como tal tiene pleno derecho a estar en un blog dedicado a ello.
De Osuna, saliendo de Puerto Real, nos separa 167 kms., algo menos de dos horas de camino. Un camino que no se hace pesado en ningún momento, todo lo contrario, resulta muy cómodo y agradable. Además el campo está hermoso por estas fechas, cuando el invierno está tocando a su fin y una incipiente primavera asoma por el horizonte, impregnándolo todo de color, olor, Vida.
Llegamos a Osuna, ciudad ducal, poco antes de las doce del mediodía. Osuna es una bonita ciudad monumental de la provincia de Sevilla, a la que se llega fácilmente a través de la A-92 dirección Granada.
Cuando llegamos el sol estaba cubierto por un tenue velo que lograba que la temperatura fuese muy placida. Aparcamos el coche en la calle Antequera esquina Ortigosa, y desde allí nos fuimos hacia el centro, a escasos tres minutos andando. Desde la Plaza Santa Rita hasta la Plaza Mayor nos encontramos con un mercado al aire libre. Hablando claro, lo que allí se hallaba no era más que la venta al público a cielo descubierto de los negocios cercanos. Sin más comentarios. Con lo cual en pocos minutos llegamos a la bellísima Plaza Mayor, absolutamente recomendable, centro neurálgico de la ciudad, donde se encuentran el Ayuntamiento, el Mercado de Abastos, varios bares de tapas, así como la Iglesia del Convento de la Concepción. En su plaza hay una bonita fuente y desde ella se observa una espléndida vista del edificio de la Universidad de Osuna, allá en lo alto del monte. No dejéis de visitar el Mercado de Abastos, no tanto por su arquitectura, interesante pero sin llegar al notable, como por los productos del campo que se venden en algunos puestos, escasos. Pero sobre todo hay uno, muy cerca de otra de las puertas del Mercado, que tiene frutas y verduras de excelente calidad, procedentes, en su mayoría, de la vecina localidad de Aguadulce, además la frutera es una muchacha muy simpática, de la misma localidad, que intentará ayudarte en todo lo que preguntes y que te ofrece un producto verdaderamente exquisito.
Saliendo del Mercado tomad la calle Carrera, la calle comercial por excelencia, donde se encuentran, además, las mejores pastelerías, toda una gozada para nosotros que somos muy chucheros, muy dulceros. Si os gustan también estos dulces productos, además elaborados artesanalmente, yo os recomiendo que no dejéis de visitar la Pastelería Obrador San Francisco, en la calle Asistente Arjona nº 2 y la Pastelería Santo Domingo, en Calle Carrera, 63. Yo me quedo con la primera y sus ricos paquetitos de ochios, cortadillos…, si tenéis buen ojo para estas compras vosotros mismos sabréis qué elegir, no os defraudará. Y también encontráis en esta calle otro de los motivos que nos hizo visitar por tercera vez esta bonita ciudad; los supermercados donde se vende otra de sus joyas, su aceite, en concreto el Aceite de Oliva Virgen Extra Santa Teresa 1881 http://xserver.1881.es/sta/spanish/introduction.htm ¡oh, qué gozada! oro líquido. Cuando goces de ese aceite saboreándolo con pan tostaíto por la mañana no querrás tomar otro. No me gusta hacer publicidad, no es esa mi intención, pero es que ese aceite es el imán que nos atrae, fundamentalmente, hacia Osuna. En esta ocasión dos garrafas de cinco litros, para estar bien pertrechados durante algunos meses, a la hora del desayuno, de este delicioso patrimonio de la naturaleza y de Osuna. Y después de todas estas gozosas compras iba siendo hora de comer algo. En la misma Pastelería San Francisco nos aconsejaron un Mesón y bar de tapas; Casa Curro, sita en la Plaza Salitre, 5. Según nos dijeron estupendo tanto en calidad como en precio, y cuánta razón tenían. ¡Qué bien se come en Casa Curro! No lleguéis muy tarde porque se pone hasta arriba de gente. Casa Curro ofrece tres opciones para degustar sus ricos platos; en la barra, donde podéis comer a base de tapas, en las mesitas que encontráis nada más entrar, aquí os servirán medias raciones, y en el salón-comedor, para menús y platos más contundentes.
No quisimos marcharnos de Osuna sin tomarnos antes un cafelito y degustar algunos de los dulces que habíamos comprado. Conocíamos, por las visitas anteriores, una cafetería que está bien y para allá nos fuimos. No recuerdo ahora mismo su nombre, pero sí os puedo decir que está en la misma calle Carreras, poco después de pasar la Iglesia de Santo Domingo y la Pastelería San Francisco. Es amplia, limpia y tiene buen servicio, además el descafeinado de máquina está muy bueno. Como veis nuestra visita a Osuna fue eminentemente gastronómica. Eran las cuatro y media de la tarde después del café, sábado, todo lo íbamos a encontrar cerrado, así es que decidimos dirigirnos hacia Sevilla, a poco más de tres cuartos de hora por autovía, y con este magnífico sabor de boca nos marchamos de Osuna.
En Sevilla aparcamos donde siempre solemos hacerlo. No sé si publicitarlo mucho, no vaya a ser que corra la voz y me quede sin aparcamiento para futuras visitas, jajaja. El lugar en concreto está frente a una de las entradas laterales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, entre los Jardines de Murillo y el Teatro Lope de Vega, es una pequeña zona de aparcamiento controlada por unas personas que sólo te piden que les des la voluntad. No seas tacaño con ellos, que muchas fatigas deben de pasar allí a la intemperie, con frío, lluvia o calor, que el lugar no puede ser mejor y además puedes estar todas las horas que quieras.
La tarde estaba preciosa en Sevilla, y Sevilla misma es preciosa. Dejamos el coche y nos fuimos a dar un paseo por los Jardines de Murillo. ¡Qué gozada! Mecachis en la mar ¡qué bonito! Esta ciudad me enamora, y yo estoy absolutamente enamorado de ella. Pasear por Sevilla, por sus rincones encantadores, sus plazas, San Francisco, Catedral, Nueva…, por su remozada Avenida de la Constitución, junto al río, por Triana, su ambiente, esas calles llenas de naranjos cargaditos de amargas naranjas o de flores de azahar, qué placer para los sentidos. Además, por otra parte, siempre que vamos, por muchas veces que lo hagamos a lo largo del año, no tantas como yo quisiera, casi siempre descubrimos algo nuevo. En esta ocasión, perdiéndonos por entre las callejuelas del centro, por lo que en tiempos fue parte de la Judería sevillana, encontramos una Iglesia muy interesante, la Iglesia de San Isidoro, del siglo XIV, que además tiene en una de sus portadas, pues tiene tres, en la de la Puerta de la Epístola, una bonita Estrella de David. Cuentan de ella que por su privilegiada ubicación la Iglesia disfrutó de una numerosa y activa feligresía que impulsó la creación de capillas en el templo y efectuó numerosas donaciones. Fueron vecinos del barrio figuras tan ilustres como Don Miguel de Cervantes y Saavedra y Don Bartolomé Esteban Murillo.
No exageró Romero San Juan cuando escribió aquello de “Sevilla tiene un color especial”, yo al menos lo ratifico, Sevilla tiene un color, un encanto especial y a mí me enamora.

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