domingo, 15 de febrero de 2009

ROMA IN NATALE 2008


Jueves 25 de diciembre

2º día en Roma. III parte.

Tras la deliciosa parada en la Cafetería Giolitti, regresamos por donde habíamos venido para llegar, esta vez, después de cruzar la Via del Corso, hasta la famosísima Fontana di Trevi. Y bien que merece su fama, porque es, sin duda, uno de los monumentos más hermosos, y ya los tiene, de los que goza esta bella ciudad.
La pequeña piazza donde se encuentra estaba, como no podía ser de otra manera, abarrotada de gente, gente ansiosa, como nosotros, por gozar de una de las mejores obras arquitectónicas del barroco civil, despliegue de arte sublime en forma de fuente, una fuente sin parangón y no sólo por su belleza, sino también porque la misma está adosada a la fachada trasera de un palacio, el Palazzo Poli, el cual acoge las exposiciones temporales y las colecciones del Instituto Nazionale per la Grafica.
La construcción de esta fontana monumental fue confiada por Urbano VIII al genial Bernini, si bien el proyecto se abandonó al fallecer el pontífice. Finalmente el proyecto recayó en Niccolò Salvi, más de un siglo después (1732), quien edificó el conjunto en el emplazamiento de una de las primeras fuentes construidas en Roma para acoger las aguas del Acqua Virgo[1].
La noche le da un encanto muy especial a la fontana y a las esculturas que la embellecen, creando un seductor juego de luces y sombras, de claroscuros entre las cascadas, los relieves de los lienzos, la musculatura de Océano y los tritones, las crines de los caballos, las hornacinas que dan cobijo a la Abundancia y a la Salud, todo en ella es un deleite para los sentidos que merece la pena vivir en primera persona. Es cierto que son tantísimas las personas que ante ella se amontonan que igual podría resultar un poco molesto, pero es lógico que así sea, ignoro a qué hora del día se podría encontrar ese bello rincón despoblado de público, con lo cual no queda más remedio que descubrirla de esta guisa, todos los que la contemplaban aquella noche estaban tan ávidos como nosotros por disfrutarla.
Antes de marcharos de la piazza os recomiendo visitar la pequeña chiesa que se encuentra justo enfrente de la fontana, no recuerdo ahora mismo su nombre, ni creo que aparezca en la mayoría de las guías, pero sí merece la pena una corta visita. Tras la cual nosotros decidimos hacer el camino de vuelta hacia Antica Trastevere, el cielo se presentaba por momentos más encapotado, y así fue, pocos minutos después de dejar atrás la Fontana di Trevi comenzó a chispear, y ya no dejaría de hacerlo hasta que llegamos al apartamento.


[1] Acqua Virgo: El acueducto construido por Agripa el 19 a. C. para alimentar sus termas recibió el nombre de Acqua Virgo, pues una joven virgen había indicado a los soldados romanos el emplazamiento de la fuente; ésta es la leyenda que ilustra un bajorrelieve de la fuente.


Como siempre os invito a que sigáis visitando el blog y que invitéis a otros/as a que lo hagan. Ya sabéis donde: http://rafaelarauz.blogspot.com/


Ci vediamo!

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