domingo, 25 de enero de 2009

ROMA IN NATALE 2008


ROMA IN NATALE 2008

¡GRAZIE IÑAKI!

Comienzo aquí el relato de nuestro viaje a la Roma y quiero hacerlo dedicándoselo a mi querido compañero y amigo Iñaki. Gracias a él, pues con sus apasionados comentarios sobre la Cittá Eterna consiguió que, finalmente, nos decantáramos por la opción de conocer Roma. Pichorri no exagerabas ni lo más mínimo cuando hablabas sobre la capital italiana, tus nueves meses de Erasmus te hacen un experto en geografía urbana y social de la Roma, y si a esto le añadimos las demás visitas por tu cuenta y las que seguirás haciendo, desde luego tienes para escribir un libro de lo más entretenido y anecdótico, desde aquí te animo a que lo hagas, para más tarde promocionarlo como guía de viajes, sería genial. ¡Aquello es un pasada!, como así me decías con gracia y efusión, y bien que me acordé de ti varias veces paseando por sus calles, porque en verdad ¡aquello es una pasada! Pero una pasada, en todos los sentidos y aspectos que puede ofrecer una ciudad. Creo que pocas ciudades en el mundo pueden condensar en tan pocos kilómetros cuadrados tanto arte, tanta historia como Roma. Allá donde mires encuentras un detalle arquitectónico que te deja boquiabierto; una fontana, un palazzo, una cornisa, una ventana…, cuando llega la tarde, después de varias horas de paseo, te duele el cuello de tanto mirar para arriba en busca de ese detalle. A veces la belleza también se encuentra sin necesidad de contorsionar el cuello, la descubres en una piccola fontana en mitad de la calle, que nadie mira, a la que ningún turista le hace una foto, pero que en su menudencia está llena de gracia y hermosura. Son esas pequeñas fuentes, son esos pequeños detalles, de las que me hablabas caro Iñaki.
Ma Roma é anche caotica, molto caotica, tampoco en esto exagerabas. ¡La leche!, vaya cómo las gasta el personal al volante en la Roma. Cuánto arte, cuánta belleza por doquiera que mires y cuánta falta de civismo sobre ruedas, es impresionante, absolutamente caótico. ¡Cuán golfos son estos romanos! Cruzar un paso de peatones o incluso un semáforo abierto para los viandantes es, en determinados casos, un ejercicio de supervivencia. Aparcar lo que es aparcar, el personal aparca donde y como le da la gana. Hay monumentos y plazas que están atestados de coches aparcados, el respeto hacia esos monumentos y su historia creo que brilla por su ausencia entre muchísimos romanos y sobre todo por la municipalidad por permitir esos desmanes automovilísticos. Hay cosas que no se pueden permitir y desde aquí, como ciudadano del mundo y amante del arte y la historia muestro mi más enérgica protesta en este sentido. Todo el centro de Roma se puede andar a pie perfectamente, no son necesarios tantos coches y motos por estas calles, esto es dejadez y falta de civismo, no lo puedo ver de otra forma.
Ma Roma é anche decadente, y aquí también te doy la razón caro amico. La municipalidad y la madre que los parió tampoco invierten mucho en rehabilitación de edificios. Hay fachadas que serían bellísimas, aún más de lo que de por sí lo son, si se preocuparán un poco más de cuidarlas, así como numerosas plazas, paseos, monumentos…, dejados a su suerte. Me llamó la atención la ausencia, casi total, de espacios públicos en los que el ciudadano se pueda sentar a descansar y relajarse o a contemplar, dando un descanso a los exhaustos pies, tanta belleza como hay ante sus ojos. Y ya no hablemos de servicios para el bienestar ciudadano. Te puedes recorrer toda Roma y como tengas deseos perentorios de orinar ten muy claro que; o bien te lo haces encima o te escondes donde puedas, difícil con tanto turista, coches y motos, ya se verá. Las marquesinas en paradas de bus u otros medios de transporte colectivo son absolutamente inexistentes. Son algunos detalles, podría enumerar más pero no es el momento. Además no soy yo el experto en estas cuestiones, para eso está Iñaki y su libro, que seguro algún día escribe.
Pero, más allá de sus defectos y vicios, que todas las ciudades y todos los humanos tenemos, Roma es absolutamente mágica, especial, distinta, tiene ese algo que te engancha y que te hace querer volver, por lo menos yo me marché con esa idea muy clara; el deseo de volver. Volver a recorrer sus calles, sus plazas, contemplar el Tevere y la Cúpula de San Pietro al fondo, entrar en un forno, en una cafetería, en una gelateria, en definitiva, dejarme cautivar por su magia y por su historia. Mi piace Roma, moltissimo! La madre que te parió Iñaki, qué arte tienes pisha.

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