Abandonar la cama con muuucho
sueño, bajar la escalera y despertarme con la luz en un mensaje de mi poermano
Deivid Verdugo Abad, que me invita a este juego. Y yo lo acepto, aunque lo dejo
para más tarde, que ahora no puedo.
1- Ir a Cádiz para asuntos feos y regresar con un abrazo
de nubes en mi mochila.
2- Apreciar que la niñez no es aroma de otro tiempo, sino
un estadio del alma que me llena de felicidad en tantos momentos.
3- Transitar caminos de hierro. Llegar a un huerto. Mirar
la mano de un niño mientras planta un plantón de haba, que soy yo. Abrir las
patas de agarrarme a las cañas y decirle a un pulgón: ¡descansa pishita mía,
que me tienes agotá!
4- Cacarear en la mordedura de un león, salir de la
estación y emborracharme de mar.
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