viernes, 18 de julio de 2014

Dolor


Dolor, dolor, dolor. Dolor perplejo. Dolor que se pregunta y no halla respuesta. Dolor callado que ya no puede mantener su silencio. Asombro, escalofrío, desmedido, desamparado, como desmedida es la fuerza que empleas contra una población desamparada. Tu Historia, tu Cultura, la conozco, la amo. Amo tu perseverancia, tu tenacidad ante las adversidades. He llorado contigo, con tu dolor, con tu sufrimiento, ante la aberración más horrenda cometida por la especie humana y que en buena parte recayó sobre ti, sobre tu pueblo, perseguido, denostado, masacrado. Para aquello no hubo ni habrá explicación posible, y para esto, el dolor que ahora provocas contra otros, la inmensa mayoría de ellos inocentes, tampoco hay, ni habrá explicación posible. El odio genera odio, la sangre llama a la sangre y eso es lo que estás cosechando con tu actitud. No pretendas, más tarde, recolectar perdón, amor, olvido.
Te amo desde el amor, desde el dolor más profundo que te grita a la cara que no te entiendo. Ningún libro de Historia, ningún libro sagrado, ningún profeta, ningún muro, ningún mesías vale más que una vida humana, y menos aún cuando esa vida está comenzando a crecer.
Te amo y te grito desde el dolor más profundo y te grito a la cara que es vil lo que haces.

¡No, no y no! Rectifica o caiga sobre ti la vergüenza.


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