Yo
habito un lugar…
Yo habito un
lugar
coloreado de
verde.
Acuarelas de
verde
sobre la tierra,
en jardines,
arriates
y patios y en el
cielo…
azul, azul, más
azul,
ornamento de
nubes,
y el sol, todo
lo esplende.
Yo habito un
lugar
donde un cortejo
de pajarillos
me da los buenos
días,
las buenas
tardes
y hasta las
buenas noches,
son así de
educados.
Fluyen y
confluyen
entre ellos y yo
escenas
rientes
de franca
fraternidad.
Les doy pan y
cobijo
y ellos me
deleitan
con sus bellos
arpegios,
con sus más
dulces trinos.
Yo habito un
lugar,
aderezado está
por un amplio
abanico
de especies
arbóreas,
y de entre todas
ellas
el pino es dueño
y señor.
Yo habito un
lugar
de anchos
horizontes
por donde el
aire
discurre libre y
limpio.
Arañan mis
pupilas
los gritos del
levante
que aquí se
desahoga,
abiertamente
me expresa lo
que siente.
Sí, los duendes
existen,
moran en el
paraje
llamado El
Almendral.
Cuando llega la
niebla
los observarás,
nitidamente,
se ocultan en
las nubes
etéreas y
silentes
que velan el
ambiente.
Yo habito un
lugar
que Flora riega
con aromas de
flores
y fajos de
colores.
La luna mira y
mira,
yo le digo que
pase,
y ella pasa y se
siente
a gusto y
descansa
y se casa, la
Luna,
con cada rincón
¡Qué honor! de
mi casa.
Yo habito un
lugar
por el cual
transito
trotando,
olfateando,
palpando,
descubriendo
oquedades,
senderos.
Pinceles,
cuentos de hadas,
dibujando
caminos
con pinceladas
ocres
para biciclear,
pasear,
correr, solos tú
y yo,
la naturaleza y
yo.
Por donde asoma
Gades
se mecen las
barquillas,
sobre un río
que aunque
parece manso
rugen en sus
entrañas
agitadas
corrientes.
Por donde asoma
Jerez
a mi izquierda
oteo,
Sierra de San
Cristóbal,
Valdelagrana, El
Puerto,
y en los días
claros
los
promontorios,
Sierra de
Grazalema.
En la otra
orilla
pernocta el
pueblo
tras férrico
simulacro
de montaña rusa.
Allá estudia mi
hijo.
Allá reposa la
mar
convertida en
bahía.
Herido,
aletargado,
con callejas y
plazas,
Casa Consistorial,
no exentas de
encanto.
Yo habito este
lugar,
no sé si mejor o
peor
pero a mí me
gusta,
me place y ya
está.
Pero que sepas,
hogar que me
acoges,
que hay más
mundo
y más árboles
más allá de Las
Canteras
y yo necesito,
hogar,
conocerlo, sí,
para contarlo.
©
Rafael Arauz González. 2013
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