miércoles, 19 de diciembre de 2012

Tardecita de paseo


Tardecita de paseo

Mañanitas de niebla, tardecitas de paseo. Ven acá niña hermosa, de mi mano te llevo. De mi mano te llevo, niña hermosa, para dar un paseo. Para dar un paseo bajo este hermoso cielo. Para dar un paseo, niña hermosa, y pedir un deseo.
A pedir un deseo, niña hermosa, para ti, para mí, para el mundo entero. Para el mundo entero mi niña, que viene y está con andar incierto. Con andar incierto por gentes que lo dañan con dardo certero.
Con dardo certero, mi niña, y políticas nefastas. No saben de mañanas, de nieblas, de tardes ni paseos, sólo conocen y entienden cómo amargarnos la existencia, y por ello, niña hermosa, ¡yo me cago en sus castas! Y perdóneme usted por palabras tan malsonantes y peor redactadas, pero los tiempos no invitan a palabras maquilladas.
Que retoquen y recorten ellos sus amargas facciones, sus colmadas carteras y sus mentes ávidas de poder y dinero, y que a gusto me quedaba yo dándoles una buena patada en las nalgas.
En las nalgas les daba con patadón certero, y nosotros prosigamos, niña hermosa, esta tardecita de paseo, hablando de estas cosas y de otras más gozosas y gratas, que la tarde es hermosa, mi niña, y me invita a pedirte un beso.

Con amor pleno y gratitud inmensa para mi compañera y esposa, Pilar, que tanto y tanto nos gusta, juntos, dar un paseo.


No hay comentarios: