jueves, 9 de febrero de 2012

Baltasar Garzón

Siento una profunda rabia, pena, ira, tanto y tanto dolor que no sé ni cómo expresarlo de tan ahogado como tengo en estos momentos mi corazón. Lo que venimos viviendo en nuestro país de un tiempo para acá supera con creces todo aquello que podría concebir en mi imaginación. La proeza de hoy alcanza la cumbre del desatino, de la sinrazón a la que nos estamos abocando sin que nadie parezca quererlo remediar. Las hienas del poder más corrupto, de ese poder que siempre ha estado presente entre nosotros, desde hace años, décadas y siglos, pues son los mismos de siempre, los que nunca dejaron de mandar, le han asestado el golpe de gracia a una de las personas más íntegras que habitaban en la justicia española. Muchos y muchas brindaran por ello, pero yo digo con profunda desazón que cada día siento más vergüenza de este país.


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