Tal era la dicha…
En el Carnaval de Notting Hill
(Londres), como colofón a una semana repleta de sensaciones que nos llevó a
redescubrir una ciudad siempre llena de sorpresas. Casi sin quererlo, sin
pretenderlo. Paseábamos por uno de los maravillosos parques de Londres, y con
el canto de los pájaros se acercó también a nuestros oídos un murmullo de sones
con ritmos caribeños. Desde ese momento el runrún de los tambores nos fue
guiando por el sendero orlado de árboles que aspiraban arañar el cielo. Y los
árboles se transformaron en seres cubiertos de plumas y ritmo y nuestros pies
cansados se disfrazaron de niños, al igual que nuestros entusiasmados ojos. Y
unos y otros bailaron entre serpentinas de muy variados colores; integración,
solidaridad, alegría, armonía, mestizaje. Y mi piel se erizó con papelillos de
emoción, tal era la dicha.
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