De oscuridad y luz
Partiré de las alquerías y puente
de Besalú,
tomaré hacia la izquierda, porque
es mi actitud y mi cruz,
pasearé indómito por las calles
de Calatayud,
música llevo en las alforjas y mi
apellido Araúz,
cuentan los legajos que en un valle
de Euskadiz vio la luz,
mas desde el siglo diecinueve, las
cosas de la Vida,
mi tatara.., mi abuelo, mi padre,
tú, yo, soy andaluz.
Dejando atrás alquerías, por el puente
de Besalú,
marchan cansinos lamentos, llevan
caída la testuz,
portan cansados tormentos, dos
pencos y una horrible cruz,
esos famélicos rostros, sedientos,
exentos de luz,
los lapidan, los acusan de
asesinar a un tal Jesús,
negra etapa de la historia la
declaro como andaluz.
Dejar hemos estas tierras, nuestras,
porque lo dices tú,
donde tantas estirpes, mucho
antes que vos, vieron la luz.
En Córdoba, Sevilla, Albufeira, Granada,
Jerez…
en ellas plegarias, sueños, en
ellas quedó el Talmud,
el Corán, el zejel, las lágrimas
de los expulsados
por reyes y clérigos infames y de
escasa testuz.
Mírate al espejo, mira tus ojos,
mira tu nariz,
enreda tus dedos en el oleaje de
tus cabellos,
heredero sí, tal vez, de los que
fueron inculpados
por cocinar, ya ves, con el fruto
que dan los olivos,
ahora blasfema otra vez, y piensa
que eres puro y ario,
entonces te diré, así es, que
eres de corta cerviz.
Recitando va un campesino
procedente de Allariz,
en su talega pan, queso, una
flauta y un poema sufí,
a la paz de la sombra de un
árbol, muy cerca de Madrid,
descansó, sus pasos van hacia la
ciudad de Alcanatif,
allá lo espera la mar, de estas
tierras habrá de partir,
llora y recita angustiado, le
espera un eterno plañir,
acá quedará su heredad, de la que
tiene que huir.
Ciega oscuridad de príncipes que
lo quisieron así.
Aquí habitaron ellos, de aquí
fueron expulsados,
otros tantos injuriados, mas otros
muchos quemados,
aquí quedó su legado cuitado, recetas,
poemas…
y allá interpelen para el perdón
de nuestros pecados,
desde Haifa hasta El Cairo, desde
Sofía, Esmirna, Belgrado,
para que a esta tierra amada,
ultrajada, torne la luz,
así lo canté y sentí con ojos
emocionados,
yo, humildemente, como ser humano,
ateo y andaluz.
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